Gobierno de Aragón Diputación Provincial de Huesca Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés

Literatura de tradición oral de la Baja Ribagorza


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Censo General del Patrimonio Cultural Aragonés



Bienes inmuebles, muebles e inmateriales declarados Bien de Interés Cultural, Catalogado, Inventariado y Monumento de Interés Local por el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos

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Imagen del bien destacado
Ermita de San Bernardo - TORRE DE ARCAS (TERUEL)

Es un edificio de una nave con planta octogonal (un octógono alargado, ya que está generado a partir de una elipse interior), prolongada en sus dos extremos por una pequeña cabecera cuadrangular orientada al oeste y, a los pies, un gran pórtico saliente de planta también cuadrangular. Se trata de una construcción de planta centralizada característica del barroco tardío, que Teresa Thomson ha relacionado con edificios bajoaragoneses como las iglesias parroquiales de Urrea de Gaén y Vinaceite.

Está construida en mampostería de pequeño tamaño sobre un zócalo de mampuestos más grandes, parcialmente revocada por mortero de cal y arena, a excepción del pórtico y de las esquinas, que son de sillería. Se cubre con teja sobre un alero de cuatro hiladas escalonadas de ladrillo.

Al exterior es muy austera y principalmente destaca el pórtico, situado en el extremo de dos pies. Es un pórtico de dos plantas, ya que la inferior alberga el pórtico propiamente dicho y en la superior, abierta únicamente hacia el interior de la iglesia, se sitúa el coro.

El piso inferior del pórtico está abierto solo por su frente y uno de sus lados, mediante sendos arcos de medio punto sobre molduras escalonadas; sobre el arco de ingreso, un escudo en relieve en un marco oval enmarcado por una guirnalda. El frente del segundo piso presenta, para la iluminación del coro, una ventana adintelada enmarcada por una decoración en relieve de guirnaldas vegetales. La fachada está coronada por un cuerpo de perfil mixtilíneo, rematado por una hornacina central en arco de medio punto.

En el frente interior del pórtico se abre la puerta de acceso al tempo, adintelada, con la arista del dintel y de las jambas moldurados en una profunda mediacaña.

El interior, pese a ser un espacio centralizado y unitario, destaca por su longitudinalidad, conseguida gracias al eje mayor de la elipse y su prolongación en la cabecera y el coro, que remarcan la direccionalidad interior hacia el altar. Consta de una única nave de planta elíptica rodeada por seis capillas perimetrales (tres a cada lado) de escasa profundidad y planta cuadrangular1; el ábside, de pequeñas dimensiones, que al interior adquiere planta semicircular; y la prolongación del coro alto a los pies.

Toda la simulación arquitectónica interior, especialmente los pequeños altares de las capillas, están realizados en yeso sobre alma de fragmentos de tosca, que les da, o dio, consistencia.

La nave está cubierta por cúpula elíptica sobre pechinas, que apea sobre un entablamento corrido escalonado y decorado con dentículos y pilastras adosadas con capiteles compuestos, situadas entre las capillas laterales. Estas tienen embocaduras en arco de medio punto y, dada su escasa profundidad (apenas mayor que la de una hornacina), se cubren mediante arcos de medio punto de cierto grosor.

El ábside lo hace mediante cuarto de esfera y el coro con una bóveda de cañón dividida en dos tramos por un perpiaño de medio punto.

Uno de los elementos más llamativos del interior es la profusa y colorista pintura mural, que se concentra sobre todo en la cúpula y las pechinas, así como en el basamento de aquella. Todas las pinturas son de carácter relativamente popular.

Iconográficamente, las pinturas más importantes son las que decoran el basamento de la bóveda, por representar escenas de la vida de San Bernardo, titular de la ermita. Identificadas por las leyendas que las acompañan, se trata de una serie de milagros del santo (curación de un mudo, exorcismo de un endemoniado) o de episodios importantes de su vida (entrega de estatutos a los templarios o la conversión del duque Guillermo de Aquitania).

Las pechinas, como es habitual, representan a los cuatro evangelistas, que en este caso están realizados en realidad en bajorrelieve de yeso, posteriormente policromado. El interior de la cúpula, dividido en ocho gallones, representa otras tantas escenas de mujeres bíblicas (Ruth, Abigail, Raquel…, identificadas por sus correspondientes cartelas) ataviadas según una versión relativamente popular de la moda galante rococó y enmarcadas en paisajes campestres. 

Tema de la semana


DEFENSA, OSTENTACIÓN Y ARQUITECTURA: LAS MASÍAS TORREADAS DE LAS SIERRAS TUROLENSES
DEFENSA, OSTENTACIÓN Y ARQUITECTURA: LAS MASÍAS TORREADAS DE LAS SIERRAS TUROLENSES

En las viviendas populares más antiguas, fechadas entre los siglos XIV y XVII, llama la atención la proliferación de elementos defensivos como las aspilleras, matacanes y, muy especialmente, grandes torreones. En nuestra comunidad autónoma contamos con más de un centenar de casas torreadas, que fueron declaradas BIC por el Gobierno de Aragón, localizadas en las sierras orientales turolenses y en el Pirineo y prepirineo altoaragoneses. Ambos conjuntos presentan grandes diferencias. Recorremos las torres turolenses, construidas en la baja Edad Media para proteger las masías dispersas y atestiguar también la prosperidad de sus propietarios.







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D.C. Zaragoza