La fosa existente en el cementerio de Barrachina, más o menos bien delimitada, contiene los restos de una madre y de su hijo de mediana edad, vecinos del pueblo de Villanueva de Rebollar asesinados por los sublevados en circunstancias escalofriantes en los primeros meses de la guerra. Se trataba de Saturnina Garcés Cardo y Antonio Clavo Garcés, y sabemos que los padres de la mujer también fueron asesinados en el cementerio de Calamocha. Al parecer la familia -conocida como “los Francos”- era acomodada y solía ayudar económicamente a personas necesitadas de su localidad, lo cual era visto con profunda aversión por un prestamista de su mismo pueblo, personaje que habría estado en el origen del exterminio de la familia. Las muertes de madre e hijo fueron presenciadas literalmente por decenas de personas. La fosa se encuentra situada bajo una gran acacia que se hallaba a escasos metros ante la puerta principal del camposanto, hoy en día convertida en una segunda puerta interior. Es el único árbol de esa especie en el camposanto, por lo que no existe equívoco posible.

 La fecha de los acontecimientos es aproximada

Otras víctimas de la guerra en la localidad: El pueblo de Barrachina no hubo de sufrir muertes violentas entre su vecindario, pero al menos nueve de sus jóvenes murieron en combate durante la guerra en el lado rebelde. Los fallecidos fueron Joaquín Corbatón Royo, Bienvenido Giral Beltrán, Angel Gómez Polo, Marcos Hernández Sánchez, Agustín Juste García, Teófilo López Mata, José María Pérez Pérez, Vicente Royo Aranda y Marcos Villanueva Zabal.